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Fecha de La Bajada de la Bruja
La Bajada de la Bruja está programada en las siguientes fechas:
- miércoles, 28 de agosto de 2024
- jueves, 28 de agosto de 2025
- viernes, 28 de agosto de 2026
La fecha es móvil, la celebración tiene lugar entre la noche del 24 y la del 28 de agosto.
La Bajada de la Bruja – Vidángoz (Navarra)
«La bajada de la bruja» es el modo en que dan comienzo las fiestas del pueblecito de Vidángoz, una de las siete villas del Valle del Roncal, en la Comunidad Foral de Navarra. Las fiestas se celebran en honor a San Agustín, Patrón del pueblo, la última semana de Agosto.
Este pequeño y precioso pueblo rememora todos los años en sus fiestas patronales, los famosos aquelarres de brujas, personajes antaño habituales en la zona.
Origen
Vidángoz es un pequeño pueblo situado en el Valle del Roncal, en pleno Pirineo. Apartado de la carretera general es, según la tradición oral, pueblo de brujas. De hecho los habitantes de Vidángoz, son apodados «los brujos».
La historia medieval une Navarra a las brujas. Muchos de sus pueblos se caracterizaron por sus creencias en mitos y leyendas y por la sabiduría ancestral que poseían las mujeres de antaño usando el poder de la naturaleza para curar las enfermedades. Fantasía avivada por los parajes aislados, boscosos y a menudo de difícil acceso donde las mujeres recogían sus plantas.
Con estos antecedentes trasmitidos de generación en generación, Ignasi Doñate, catalán y veraneante del lugar, tuvo la original idea que para comenzar las fiestas podría escenificarse un acto que recordara esta tradición de brujería en Vidángoz.
Así comienza este misterioso y mágico rito convertido en tradición y que se repite cada año.
Celebración
En la última semana de Agosto, al llegar la media noche, la hora mágica, el pueblo queda sumido en la más absoluta oscuridad.
El sonido perturbador de la «txalaparta» (instrumento musical vasco de percusión) rompe la noche. En lo alto de la peña «Pitxorronga», entre las tinieblas, se divisa la luz de una antorcha. El inquietante sonido a lo lejos de un cuerno y la luz de la antorcha portada por un brujo, convoca al Aquelarre al resto de brujos.
Aparecen cual fantasmas nocturnos, tres columnas de antorchas, que al son de la música avanzan por cada uno de los tres caminos que conducen a la roca. Esta procesión de antorchas portadas por brujos, todos vestidos de negro y con capuchas que tapan sus cabezas, llega a la cima.
Allí se reúnen junto a un pequeño fuego. Los hechiceros y sus sombras tenebrosas deformadas por la luz de las antorchas, uno tras otro inician el descenso por el camino en zigzag que lleva a la entrada del pueblo.
Mágico e inquietante espectáculo en mitad de la noche, mientras la música envuelve el caminar de los brujos en una atmósfera de misterio. Llegados a sus destinos, los brujos forman un circo alrededor de una pila de leña.
El primero de los brujos prende fuego a la leña con su antorcha y retira su capucha dejando a la vista su cara pintada, llenando de sorpresa y temor al visitante. Se inicia un baile de brujos y brujas alrededor del fuego, como si estuvieran poseídos, como si de un aquelarre se tratase.
Cuando el baile toca a su fin, aparece en el cielo, atravesándolo, una bruja sobre su escoba, con una bengala delante y otra detrás, la bruja «Maruxa» que inicia su descenso hasta la multitud.
La magia de la bruja y el inquietante sonido de la música parecen hechizar a los asistentes. Los magos danzan el baile de los brujos en honor a Maruxa animando a los espectadores a unirse a su ceremonia, para luego recorrer las calles hasta el centro de Vidángoz.
Desde entonces y durante los cinco días que duran las fiestas, la bruja Maruxa preside, desde el aire, la entrada a Vidángoz, avisando al visitante que el pueblo está en fiestas. Terminadas las celebraciones, estas acaban como empezaron, con la subida de la bruja.
Con la caída de la noche del último día de fiestas el pueblo vuelve a sumirse en las tinieblas y los brujos acompañan a Maruxa hasta la entrada del pueblo. La bruja emprende su vuelo y los brujos suben el zigzagueante camino de retorno, para desaparecer todos ellos hasta las siguientes fiestas.
Con la oscuridad de la noche, la superstición, la música y el fuego comienzan y terminan las fiestas de este precioso y por unos días tenebroso pueblo «embrujado».